DOOM está de vuelta. Pero no como lo recuerdas. Olvídate del Slayer hiperfuturista. Ahora lleva escudo, armadura, y una sierra circular con complejo de Capitán América. DOOM: The Dark Ages es una precuela que parece loca en papel, pero en la práctica funciona como un maldito reloj infernal.
No hay rifles de plasma ni portales dimensionales (aún). Hay castillos, dragones biomecánicos y un infierno con arquitectura gótica. Y aún así, todo se siente DOOM al 100%: agresivo, sangriento, brutal y completamente adictivo.
⚙️ Combate: Menos Rush, Más Impacto
El ritmo ha bajado un poco respecto a Eternal, pero sigue siendo una locura. Cada encuentro es un concierto de disparos, parrys y ejecuciones que te obligan a pensar rápido y moverte mejor.
La gran protagonista: la Shield Saw. Una mezcla de escudo, sierra y búmeran demoníaco. Puedes bloquear, contraatacar y lanzarla para hacer carnicería a distancia. Y cuando clavas un parry perfecto y encadenas una ejecución, simplemente sonríes como loco.
Colores te guían: verde = parry, rojo = esquiva. Algunos dicen que es «demasiado videojuego». Nosotros decimos: gracias por no morir 80 veces seguidas.
💪 Dragones, Mechas y el Slayer Piloto
En algunos momentos, pilotas un mecha gigante o vuelas sobre un dragón. Y sí, eso suena como si DOOM se hubiera tomado tres red bulls y una novela de fantasía.
No son secciones largas ni muy profundas, pero aportan espectacularidad y variedad. Ideal para despejarte antes de volver a abrir demonios como si fueran latas de paté.
⚡️ Dificultad y Personalización: El Infierno a tu Gusto
¿Eres nuevo en DOOM? Bienvenido. ¿Eres un veterano que juega con una mano y los ojos vendados? Adelante también.
El juego te permite ajustar la dificultad en detalle, incluyendo el tiempo de parry. Además, marca los «puntos de no retorno» para no perderte secretos. Ideal para completionistas, speedrunners o gente que simplemente odia perder cosas.
🤔 Lo Malo: Repetición y Jefes Descafeinados
Hacia la segunda mitad, el juego se vuelve un poco… cíclico. Faltan nuevos enemigos, armas o mecánicas. Y los jefes, aunque enormes, no tienen personalidad. Son versiones grandes de lo que ya viste antes.
Tampoco hay puzzles ni secciones que rompan el ritmo. Es combate tras combate, lo cual no es malo per se, pero sí podría cansar si juegas muchas horas seguidas.
🧰 Exploración, Oro y Cosas Ocultas
Cada nivel es un festival de secretos. Hay rutas alternativas, cofres de oro, mejoras de armas, runas ocultas y retos opcionales. Es un paraíso para los que aman revisarlo todo.
Con sus 22 capítulos, puedes estirarlo fácilmente hasta 15 horas si quieres el 100%. Y todo sin relleno: cada zona tiene algo que vale la pena encontrar.
🎥 Historia y Cinemáticas: Estilo Sobre Fondo
La narrativa nunca ha sido lo fuerte de DOOM, y aquí no cambia. Hay lore, hay escenas potentes y un diseño de mundo espectacular. Pero los personajes no dicen mucho. Bueno, el Slayer nunca ha hablado, y honestamente, que siga así.
Su forma de hablar es clavarle una escopeta a un demonio y arrancarle el alma. ¡Y eso es justo lo que queremos!
🎨 Gráficos y Sonido: Un Metal Visual
El diseño artístico es simplemente espectacular. Cada escenario parece sacado de una pesadilla barroca: columnas góticas, sangre, fuego y texturas que te dan ganas de hacer capturas cada cinco minutos.
La música es puro metal industrial del bueno. Cada riff acompaña la acción como si fuera un compañero de batalla. Y en cuanto a rendimiento: fluidez total incluso con 20 enemigos explotando en pantalla.
⏱️ Duración y Ritmo
- Campaña normal: entre 12 y 15 horas
- Campaña al 100%: más de 15 horas
- Relleno: cero. Todo es carne, metal y destrucción.
✅ Conclusión: El Infierno Evoluciona con Estilo
DOOM: The Dark Ages es una precuela que no pide permiso: entra rompiendo puertas, lanzando sierras y destruyendo demonios. No es perfecto. Tiene fallos. Pero su identidad es tan clara, su acción tan adictiva y su estilo tan brutal, que es imposible no disfrutarlo.
¡Una de las experiencias más salvajes y viscerales del año! Y encima con dragones.
DOOM ha vuelto… y trae escudo.
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